martes, 10 de junio de 2008

Ella cambia su péndulo por una línea recta.

El agua viaja entre los nervios de una hoja seca. Tiemblan las ventanas de madera. Las sillas de mimbre se balancean con el viento. La niña anda descalza sobre el musgo. Hoy acaricia su primer caracol. La bombilla destella en una esquina. Se funde la vela en los dibujos del plato, la muñeca de trapo sonríe. Se oyen los gritos lejanos de la abuela. La lluvia no cesa, el ahora es eterno.

0 comentarios: