domingo, 27 de marzo de 2016
En nombre de quien hablas
Se acerca sinuosa la sombra para firmar con su pluma de plata. Vieja doncella de llaves de los mil palacios que andas a oscuras entre sombras de velas y ventanas nocturnas...
Espejismo desnudo en el pensamiento,
aliento que empañas el cielo.
Danzando a caballo en medio del fuego
embriagas la sangre con dulce perfume.
En una tormenta de zafiros y estrellas
esperas con ojos blancos la luz del gemido.
Y así ciega empuñas firme la lanza
como néctar que sublimas en miel.
Oro para tus caprichosas memorias
de un deseo sin raíces ni llamas.
Desciendo del cielo para ser nieve y cascada. Para crecer frente al invierno, hacer nacer lo imposible en el desierto, abrirme frente a toda duda. Entrego la fuerza de todo lo que es aquí y ahora para que sea purificado con la llama del sol, la tierra y el agua en cada viento que inspiras y exhalas. Desde la más profunda galaxia veo todos tus gestos, sentimientos y pensamientos: hijo de la tierra.
¿En nombre de quién hablas?
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1 comentarios:
La luz iluminó la visión en sus blancos ojos, penetrando así el entendimiento de la más profunda oscuridad del alma, se revolvió en su más salvaje forma ante la inmensa e infinita luz de la existencia. La sombra por tantos siglos atrapada en su encarcelamiento
respira etérea,
reconocida y purgada, elevándose así en la metamorfosis de la luz y el amor supremos al que estaba condenada sin saberlo.
Palabras nacientes de las estrellas.
Memorias que al fin brillan desde su propia oscuridad iluminada.