viernes, 1 de febrero de 2013

Montserrat


Hoy las aguas del mármol son verdes,
el sol enciende las vidrieras del monasterio.

Una reunión de velas baila al unísono,
dos manos arrugadas cierran una puerta de madera.

El agua vibra en los cuencos de piedra,
miles de voces alimentan la montaña.

Dos antiguos párpados se abren al cielo,
la luz se adentra en el interior de la ermita.

Las nubes curiosean en el valle,
se desvanecen las sombras de los transeúntes.

El aire azul acaricia las rocas,
nada se detiene en el momento presente.

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